Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el acto solemne en memoria de Gabriel García Márquez en la Catedral Primada de Colombia
Bogotá, (abr. 22 / 14) - (SIG). Cuánta gratitud, cuánto cariño, cuánta admiración, albergan hoy nuestros corazones cuando le decimos adiós al más grande exponente no solo de las letras nacionales sino del alma colombiana.
Gabriel García Márquez - ‘Gabo’ para sus amigos y para sus lectores en todo el mundo— ha sido el compatriota que más alto ha llevado el nombre de nuestro país, y hoy nos reunimos todos, en esta Catedral Primada, en la Plaza de Bolívar de nuestra capital, a través de los medios de comunicación, para rendirle el tributo de nuestro afecto.
Son tantos los motivos de agradecimiento como son tantas las vidas que tocó durante su existencia.
Lo queremos y recordamos por su obra, por supuesto. Por haber tenido la genialidad de plasmar con magia y poesía esa misma magia y poesía que son Colombia y nuestro Caribe.
Desde aquel primer cuento que se publicó hace 67 años en un diario capitalino, desde aquella Hojarasca que fue su primera novela —pasando, claro, por su magistral Cien Años de Soledad—las palabras de ‘Gabo’ han estado siempre en nuestras casas, en nuestras bibliotecas, en nuestros periódicos y revistas, en nuestra memoria y, sobre todo, en nuestros corazones.
Hoy invito a los colombianos a que le rindamos el mejor homenaje, que es volver a acercarnos a sus libros, a sus textos, para leerlos o releerlos, porque en ellos habita nuestra esencia nacional y no solo eso: habitan sueños que son la materia prima de la literatura.
Pero ‘Gabo’ no fue solo un escritor, no fue solo el único colombiano que ha ganado el más alto galardón de las letras mundiales, que es el Premio Nobel de Literatura.
‘Gabo’ fue un hombre comprometido con el destino de su país y de América Latina, un hombre de profundas convicciones, preocupado por la justicia, por la educación y —muy especialmente— por el logro de la paz.
Él buscó la paz, trabajó por la paz, siempre quiso una Colombia en paz y —en su memoria— no vamos a claudicar en esta tarea, la más grande que tenemos como nación.
En Gabriel García Márquez hay muchas facetas y en cada una obró con excelencia y con amor, ese sentimiento que humaniza la vida y la hace grande.
Hoy recordamos y rendimos tributo al ‘Gabo’ literato, al ‘Gabo’ periodista, al ‘Gabo’ formador de nuevas generaciones, al ‘Gabo’ militante de las causas justas, al ‘Gabo’ vallenato, al ‘Gabo’ humanitario, al ‘Gabo’ promotor del cine y —más que nada— al ‘Gabo’ que más quiso ser y por el que más quisiera ser recordado: el Gabo cálido y amigo, el mejor amigo de sus amigos.
Hoy recordamos sus palabras, por ejemplo cuando nos dijo que hay que "amar como nunca al país que merecemos para que nos merezca".
¡Qué hermoso! Amemos como nunca al país que merecemos… para que nos merezca.
Un saludo afectuoso desde el corazón de Colombia a su esposa Mercedes; a sus hijos Rodrigo y Gonzalo; a sus hermanos; a sus nueras y nietos.
Y todo nuestro reconocimiento, todo el afecto, todos los homenajes, a este hombre gigante que escribió con letras de oro el nombre de Colombia en el panorama mundial.
Los invito a que nos pongamos de pie y a que demos el más grande aplauso —uno que salga del alma y que se oiga en los confines del planeta— a ‘Gabo’: el escritor, el ser humano… ¡nuestro compatriota más admirado!