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Consulado de Colombia en Miami

Cientos de colombianos en Nueva York se reunieron para celebrar el tradicional día de las velitas

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Nueva York (dic. 7/ 16).  Al ritmo de villancicos, misa, faroles, natilla y buñuelos más de 800  colombianos se reunieron para celebrar el tradicional día de las velitas, en la Iglesia del Santísimo Sacramento en Jackson Heights en Queens, en un evento organizado por el Consulado de Colombia en Nueva York y su programa Colombia Nos Une. 
 
El día de las velitas, también conocido como el día de los alumbrados, es una tradicional celebración colombiana en honor de la Virgen María y la Inmaculada Concepción. En la noche del 7 de diciembre o en la madrugada del 8, las familias colombianas encienden velas y faroles tanto en sus casas como en las calles, dando la bienvenida a la temporada navideña.
 
De esta manera, la Cónsul María Isabel Nieto expresó que era la manera más cálida para acercar a los colombianos que están lejos de sus familias y que extrañan las tradicionales fiestas decembrinas, y que mejor que traerles un poco de Colombia a La Gran Manzana.
 
Así todo el equipo de funcionarios del Consulado y voluntarios de la comunidad, con  la colaboración de la Iglesia del Santísimo Sacramento (Blessed Sacrament Church) en Jackson Heights, realizaron el evento donde se exhibieron cientos de faroles, los cuales hacen parte de una bella tradición en Quimbaya, Quindío, donde iluminan decenas de cuadras en la noche de alumbrado. Los faroles fueron elaborados por miembros de la comunidad colombiana, en un taller guiado por la artista Karla Flores, el cual fue convocado y planeado por el Consulado.
 
La misa fue celebrada por el Padre Carlos Quijano, donde se cantaron villancicos y se clamó por la paz de Colombia. Posteriormente se degustó la tradicional natilla y los buñuelos, además los asistentes tuvieron la oportunidad de llevarse a casa los faroles como recuerdo de una hermosa noche de celebración.
 
De esta manera, grandes y niños disfrutaron de la noche de velitas donde la alegría y el agradecimiento por sentirse cerca de los suyos fue el común denominador.