Colectividad de residentes colombianos celebra el día patrio en Antofagasta
Se llega la conmemoración de la Independencia de Colombia, y la Colectividad de Residentes Colombianos en Antofagasta prepara dos eventos sin ánimo de lucro en la ciudad. La Cónsul de Colombia en Antofagasta, Clara Inés Ruge Rojas realizará la apertura formal de las actividades e invita a la comunidad a disfrutar de la gastronomía y el folclor.
Para todos los amantes del folclor, este viernes 17 de julio, a las 11:00 horas en la Plaza Sotomayor, habrá una ceremonia protocolar donde la cumbia, el currulao y la salsa harán parte de la celebración.
El domingo es la próxima cita. A partir del medio día, las puertas del Liceo de Hombres se abren para recibir no solo a la comunidad colombiana, sino a toda la antofagastina que quiera saborear un auténtico tamal, probar la refrescante aguapanela con limón o comer la tradicional papa rellena y disfrutar de una segunda muestra folclórica. El evento está diseñado para toda la familia, pues los tradicionales juegos colombianos, como la golosa (rayuela), yermis, yas, entre otros, harán parte de la actividad. El ingreso es gratuito y será por calle 21 de Mayo.
Grito de Independencia
Ambas actividades están encaminadas a celebrar los 205 años de la Independencia de Colombia, que ocurrió el 20 de julio de 1810. Un evento que no fue fortuito, sino planeado por los intelectuales de la época, donde un florero terminó siendo el protagonista, el florero de Llorente.
Cansados de la opresión española, los criollos (hijos de españoles nacidos en América) escogieron el viernes 20 Julio para llevar a cabo un brillante plan. Debía ser un viernes, día de mercado, en el que campesinos y comerciantes acudían a la plaza principal. Tal como planearon, los criollos entraron al almacén de Llorente a pedirle prestada una pieza para adornar la mesa en la que recibirían a Antonio Villavicencio. Algunos dicen que fue un ramillete, otros un farol y otros un florero. Llorente se resiste porque dice que la pieza está maltratada y en mal estado, lo que funciona tal como lo planeado. La situación se convierte en una discusión en la que indios, blancos, patricios, plebeyos, ricos y pobres terminan uniéndose en contra de los españoles y pidiendo a gritos su libertad.